Día de Acuario

por Invitado Lun Ago 13, 2012 10:45 pm

Había estado bastante aburrida desde hace un par de días desde que me habían sacado de mi acuario por remodelaciones a un pequeño estanque. En un lugar tan reducido como este no podía nadar con nada de libertad, lo que resultaba bastante incomodo y molesto, ademas de estar casi completamente ausente de detalles que hicieran placentera mi estadía en esta "cubeta" mientras preparaban todo.

Al menos me habían dado bastantes dulces para mantenerme tranquila, pero aun así incluso dormir resultaba incomodo y varias veces me había golpeado con las paredes al despertar de alguna pesadilla.
Ciertamente me encontraba muy molesta, pero me habían dicho que hoy me llevarían a mi acuario de nuevo, lo que al menos indicaba que de nuevo podría estirar las aletas cómodamente.

Taparon con cortinas la pecera donde me tenían y empece a sentir movimiento, al parecer había llegado la hora de salir de aquí. Lentamente sentí que todo se inclinaba y podía escuchar el liquido caer sobre agua. Me deje llevar por la pequeña corriente terminado por darme un elegante clavado en el agua. Ciertamente el lugar se veía amplio, aun que después de estar en un lugar tan estrecho cualquier cosa me parecería cómoda.

Nade un poco alrededor y estire mi cuerpo que aun estaba algo entumido, ciertamente aun estaba algo molesta, pero al menos ya podía nadar tranquilamente.

por **Niell Vermillion** Lun Ago 27, 2012 5:48 am

Había llegado su rato de descanso y pensó que ir a conocer del todo bien Tierladen era una de las cosas que tenía que hacer como nuevo vendedor. Caminaba perezosamente pues pese a su hiperactividad el hacer cosas ajenas a lo que quería le molestaba. Teniendo un par de caramelos en la boca decidió ir en primer lugar a la división de investigación. Según había escuchado allí se encontraban también algunos pets extraños o bien con alguna anomalía, también se estudiaba simplemente su comportamiento y su personalidad. ¿Pero todo eso le podría interesar a un mafioso como Niell? La respuesta era sencilla: NO. Si algo lo arrastró de verdad hacia esa zona fue el aburrimiento, nada tenía que hacer más que comer sus preciados dulces, así que aprovechó para curiosear por Tierladen.

No recordaba donde había escuchado que ese mismo día iban a remodelar el acuario, tanto la estructura como la decoración de esta, así que se dirigió hacia allí para ver como iba todo, pero para su sorpresa ya lo habían terminado. Se acercó al grueso metacrilato que impedía que por la presión el agua del acuario se saliese y, viendo en su interior, pudo divisar una criatura. No tardó en darse cuenta de que obviamente era otra mascota, claro, en aquella zona realmente no había nada más. Era un ser curioso, medio humano y medio pez, una sirena. Desde bien pequeño había oído historias sobre ellas, criaturas hermosas, graciles, pero que utilizaban sus encantos para atraer a sus victimas a sus garras, arrastrándolos después a las profundidades del mar. Pobres ilusos los que creían en las maravillosas criaturas y en las falsas seducciones que estas ofrecían.

Bueno, pero dejando a un lado los conocimientos del shinigami miró atentamente cada movimiento de la chica, parecía incómoda o quizás adolorida, así que dio un par de golpes al cristal para captar su atención, sonriendo de forma ladina después al ver que lo miraba y saludando con la mano, aun con aquellos dulces en su boca. Bien era cierto que Niell tenía una personalidad extraña, pero era extrovertido, así que no sintió vergüenza ni nada parecido por llamar a la sirena.

por Invitado Mar Ago 28, 2012 3:10 am

El agua era limpia en el acuario, casi se podía notar que era el primer ser que nadaba en esas frescas pero artificiales aguas del acuario. De cierta manera ya me estaba acostumbrando a este tipo de vida, aun que en parte esa era de las cosas que más me molestaban.

Cuando cerraba los ojos casi juraría que podía escuchar las olas del océano, sentir la sal en mi piel y jugar y comer a los peces y crustáceos de las profundidades. Aun que el pescado preparado por los terrestres podía tener combinaciones de sabores fascinantes, la mayoría de las veces simples peces muertos eran mi alimento. Aun que si tuviera que escoger entre un platillo terrestre y un pez natural, el platillo terrestre ganaba... aun que al menos me gustaría tener peces vivos para atrapar.

Nade por los alrededores sin realmente observar el lugar mientras estiraba mi cuerpo aun entumecido por el reducido espacio en el que me tenían. Después de un rato mi espalda se sintió mejor, pero mi aleta estaba un poco maltratada. Flexione mi cuerpo hasta tener mi aleta a altura del rostro para examinarla y acariciarla un poco, efectivamente tenía una ligera herida en la aleta, pero seguro que en unos días se recuperaría.

Estaba tan distraída que no note que alguien me observaba, hasta que una ligera vibración surgió de una de las paredes del acuario lo que inmediatamente llamo mi atención. No lograba observarlo detenidamente desde donde me encontraba, así que decidí acercarme al cristal, no era un rostro familiar, pero siempre había nuevos investigadores o vendedores. Me preguntaba que planeaban hacer conmigo.

Pero algo mas llamo mi atención cuando mire con mayor detenimiento, en su boca, reconocía esa forma, era un dulce, me acerque un poco mas, parecía que aquel estaba disfrutando de un dulce, ¿Tendría mas dulces?, esperaba que si, le pregunte si tenía más dulces más dulces, pero no parecía que pudiera escucharme por el cristal y el agua. Sin duda necesitaría estar en la parte superior del acuario donde podríamos tener un contacto directo. Pero no perdía nada, después de intentar hablar con poco éxito simplemente señale mi boca tratando de indicar que aun no me habían alimentado... y con suerte me daría algún dulce.

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