Entrega de Ulik y Volker

Bostezó mientras su cuerpo se estiró un poco, para luego volver a acomodarse en la gruesa rama que había elegido para dormir. Su cola se mecía lentamente, mientras lentamente iba quedando profundamente dormido. Odiaba aquel lugar salvaje, aunque en el pasado lo extrañara él ya no pertenecía a él. Extrañaba las ropas de suaves y costosas telas, las joyas de oro y piedras preciosas, los manjares destinados a él. Los otros de su manda ahora lo hacían de menos, se burlaban de él y aunque le importara poco sentía nostalgia por la ciudad. Y así pasaba los días, durmiendo donde no le molestará el sol y comiendo lo que Ulik le entregara porque por desgracia había perdido toda habilidad de cazador. Si, era una pantera patética pero a él no le avergonzaba, era feliz esperando el día en que volviera a la ciudad con un amo al cual complacer a cambio de joyas y regalos.

No podría asegurar el tiempo que había pasado pero sus orejas se movieron mientras volvía a bostezar y sus ojos un tanto curiosos se abrían aunque sabía perfectamente lo que sucedía. Sus brazos se extendieron perezosamente para enrollarse en el cuello de un chico alto y atractivo que lo sostenía en brazos, al cual le robo un beso sencillo mientras sonreía. –Ulik- No sabía porque estaba en sus brazos pero importaba poco, podía apreciar aquella forma tan imponente y orgullosa en que el albino se le mostraba, esa mirada seria e insensible pero en realidad apreciaba esa dulzura y cariño que únicamente su hermano le dedicaba, aunque jamás comprendiera el motivo de aquello. Su piel pálida había tomado un color más oscuro al llegar a Echotier, por esa obsesión suya de hacer ejercicio y que no hubiera tanta sombra en donde habitaban, y podía ver toda su piel porque apenas llevaba una camisa abierta, dejando expuesto todo su pecho.

Sonrió aún más, podía sentir el aroma a sudor de Ulick que seguramente había estado entrenándose antes de irlo a buscar, y de alguna forma aquello lo despertó más ocasionando que se acercara más para besarlo de forma más profunda mientras buscaba una forma de acomodarse para que el otro entendiera que sus manos podrían hacer lo que quisieran, había pasado unos días desde la última vez que tuviera sexo y lo quería cuando sintió que su hermano lo alejaba dejándolo confundido, él nunca lo rechazaba. Y es que había tenido muchos amantes pero su favorito era Ulik, el Ulik que él conocía podía ser apasionado pero tan cuidadoso, tan delicado y tan enfocado en complacerlo que podía permitirse olvidarse de su experiencia, podía actuar como un niño ingenuo y dejarse corromper de una forma tan dulce que le gustaba tanto. Quería eso, era la mejor manera de despertar así que al ser rechazo hizo una mueca de niño desilusionado. -¿Ulik?- comenzó a lamer suavemente su mejilla, esperando que con eso dejara de resistirse porque solamente quería hacerse el difícil para que fuera más entretenido pero el albino solamente suspiro y comenzó a caminar llevándolo en brazos.

–Volker deja de actuar como el dulce niño mimado, me encanta pero no es momento para eso. Fuimos comprados.- Aquello ocasionó una reacción de ansiedad y temor en él. Es decir, moría por volver a la ciudad pero sabía que iba a ser difícil ¿y si no lograba adaptarse? Ya dos veces tuvo que cambiar de hábitat y en ninguna se sintió cómodo, temía que sucediera de nuevo. ¿Y cómo iba a ser su amo? Se aferró más a Ulik, con miedo y deseo, por lo menos él siempre iba a estar ahí y eso lo tomaba por asegurado.

Por su parte el albino sabía perfectamente lo que sucedía en su hermanito, porque lo conocía, lo conocía mejor que ninguna otra persona. Le sonrió dulcemente y siguió caminando hasta encontrarse con el transportador que los guiaría por el portal. Por eso había ido a buscar a la otra pantera, para que no lo tocara alguien que no fuera él. En realidad solo buscaba la felicidad de Volker y sabía bien que no era en Echotier. Volker necesita un amo, porque por mucho que él lo quisiera jamás iba a poder darle lo que quisiera. E iba a aceptar a cualquier amo, aunque al momento que fuera a dañar a su hermano lo mataría. No importaba esperar, buscar y esperar hasta que el amo correcto llegara si con ello la pantera menor lograba ser feliz pero eso no implicaba que iba a aceptarlo fácil. Que alguien más pudiera brindarle al otro lo que él no en realidad le enojaba también, por ello su gesto iba un tanto enojado mientras llegaban a la tienda.

Le ofreció un cuidador un baño y ropas, pero él no quería nada ni tenía intenciones de impresionar a nadie y Volker estaba demasiado ansioso como para poner atención por lo cual los llevaron de inmediato a un vehículo destinado a las entregas. Y no transcurrió mucho antes de que Volker aun aferrado a él suspirara un poco cansado. -¿Crees que esta vez será solo nuestro amo?- Aquellas palabras en parte le hizo feliz y en parte le hirieron. Era lindo que el menor siempre pensara en un “nuestro” pero odiaba que eso implicara que no podían ser solo ellos dos. No respondió, no habría podido aunque quisiera, no tenía idea de cómo sería esta vez. Pero cuando el auto se detuvo ambos salieron y siguieron al cuidador hasta la puerta donde los dejó.

Volker quería entrar, pero no se atrevía. Ulik en cambio solo suspiró mientras tocaba la puerta con fastidio. No podrían haber sabido lo que les esperaba del otro lado pero habrían deseado enterarse rápido, aunque Ulik disfrutaba que Volker estuviera abrazado a él con miedo.