Festival de otoño "Milanesa con Papas" EVENTO Tema C

Caminaba por las calles de la ciudad, llegando cerca de un pequeño parque escondido entre los edificios se detuvo a ver el cielo. Debía ir a la tienda, no solía llegar tarde pero ese día por alguna razón trabar no aparecía entre sus prioridades y aquello era extraño, no conocía nada más que trabajar era un adicto a ello por su propio bien. ¿Deprimido? Lo consideró, pero extrañamente no era eso, sino una sensación de que se estaba olvidando de un pequeño detalle muy importante… algo irrelevante, perdido en el tiempo pero que le importaba… tiempo… Su mirada se dirigió a los árboles que se erguían en los alrededores de aquel parque y entonces lo recordó, dejando ver un rostro de placer que no pondría si hubiera alguien más cerca.

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Iba y venía dando ordenes, amenazando y sonriendo de un trabajador a otro, casi todo el personal de Tierladen se encontraba ahora en las afueras de la ciudad colgando decoraciones, terminando de llevar comida o materiales para los juegos, los músicos y bandas del día llegarían mas tarde ya que ni siquiera había terminado de amanecer. Habían pasado tres días desde que tuvo una encantadora idea camino a la tienda: el otoño. Le agradaba el frio, y el otoño marcaba el inicio de su época preferida del año así que llego a la tienda saltando y se tiro sobre su primo con una dulce propuesta. “-Eizy-chan~ ¿Te gustaría hacer un festival sobre la milanesa y papas para celebrar el otoño?”- Claro que su pregunta no era una pregunta, si Eizo se hubiera negado el caos se habría desatado en Tierladen. Kreios de mal humor y con un capricho era peor que cualquiera tragedia imaginable, habría pasado experimentando con las mascotas y seguramente algunos trabajadores, mas de alguno terminaría herido o muerto sin olvidar que pasaría cada instante posible atosigando a Eizo como si se tratara de un niño pequeño. No, rechazarlo era algo que Eizo no haría si podía evitarlo. Y así en tres días había conseguido todo lo necesario, gracias nuevamente a su primo y al alcalde. Nada se hacía sin que el lo aprobara ciertamente, pero él sabía bien las consecuencias de negarse. Mascotas muertas sin razón era una perdida de dinero para la ciudad, y el ridículo evento de Kreios quizá sirviera para aumentar las ventas. El alcalde no perdía nada, así que le daba igual lo que sucediera ahí.

Para las ocho de la mañana todo estaba preparado. Grandes mesas de madera rusticas en sus terminaciones se extendían por las calles de aquel pueblo cubiertas de coloridos manteles a cuadros, con platillos diferentes sobre estas. Comenzando con las clásicas papas, puré de papas, papas horneadas aderezadas con diferentes sabores como margarina o queso, papas gratinadas, pastel de papas, Souffle de Papa, Papas Duquesas hasta cualquier platillo que siquiera tuviera algún trozo de papa en él. Y claro, platos de milanesas en cada mesa. Si se buscaba comida, había de todo ya que era el tema principal. Las decoraciones también colgaban por todo el lugar, en colores contrastantes con los rojizos y amarillos tan naturales en aquella época del año en los árboles de los alrededores. Todo estaba identificado, con nombres en cada locación junto pequeños letreros con el horario de actividades.

Había un escenario en el centro del pueblo, nada ostentoso pero de gran tamaño por comodidad, uno en el bosque y otro en el camino algo mas pequeños. Había conseguido una gran variedad de participaciones por parte de los diferentes artistas de la ciudad, no voluntaria claro. Había mandado una clara invitación con respaldo del alcalde que era un decreto en el cual, “Todo habitante con algún tipo de talento en la música o la actuación, debe presentarse a los festivales u otro tipo de actividades culturales. Todo individuo que faltara a esto sin una excusa de peso mayor sería remitido al juez Queen of Hearts para la decisión de su castigo, que quedaría a completa discreción de él.” Queen era conocido por ser justo en sus decisiones, pero extremadamente cruel con sus castigos con un claro gusto por la pena de muerte, no era casualidad que fuera escogido para la tarea.

Si había que admitirlo el demente jefe del área científica sabía lo que hacía, incluso había hablado con el director del Instituto y con el Rector de la Universidad para que cancelaran las clases aquel día. Tampoco olvido bajar la seguridad de la Tienda, además de indicarle a los Transportadores que aquel día las mascotas contaban con mayor libertad para deambular libres por la ciudad, principalmente en las afueras. Podía ser cruel, pero su gusto por aquellas criaturas era sincero así que lo había hecho de manera que se les facilitara asistir. Sus métodos mezclaban sus dos lados, la eficiencia y su crueldad, y se vanagloriaba con eso.

En cuanto a las actividades que se leían estaba el horario de las actuaciones de los artistas y las bandas, junto al escenario en el cual estarían. Juegos diferentes como carreras entre amos, mascotas e inclusa una mixta, diferentes competencias que iban desde ver quien comía más milanesas o papas, hasta una extraña carrera de papas con un complicado sistema de rampas para que estas pudieran rodar. También había pequeñas tiendan con diferentes recuerdos que iban junto con el tema, que incluían pequeñas papas disfrazadas como ninjas, así que si algo estaba claro y destacaban eran las papas por todo el lugar, y que el organizador estaba un poco demente. Kreios tuvo hasta la delicadeza de conseguir algunos voluntarios que se vistieran con trajes de papas, voluntarios que lo habían hecho enojar por su incompetencia claro.

Y en cuanto a la promoción del evento pues solo tuvo tres días fue simple, los anuncios y propagando habían cubierto todo Luxcya durante esos tres días. Si no te habías enterado, eras un ermitaño que ni siquiera tuvo la decencia de ver uno de los muchos volantes pegados por todo el lugar. Y así felizmente Kreios complacido con su ridículo capricho comenzó a caminar por los alrededores como si fuera un asistente más, él tenía el día libre a diferencia de los trabajadores, esperaba encontrar a su primo por ahí para saludarlo y fastidiarlo un poco de paso.